viernes, 30 de diciembre de 2011

La Geometría del Bloqueo Público (I)

Introducción

Todos los transportes públicos masivos (TMP) poseen figuras rectangulares con el objetivo de aprovechar y ajustarse al máximo a los espacios de las vías, carreteras, calles y avenidas por las que circulan. Los metros, autobuses, microbuses y metrobuses en todo el mundo tienen una figura poliédrica o cilíndrica y los accesos se ubican por lo general a los costados y regularmente van de entre 2 a 4 accesos por vagón.

En América Latina existen 6 tipos de TPM que caben dentro de la descripción anterior. Estos son el metro, los trenes, los autobuses, microbuses, minibuses o furgonetas y los metrobuses. A pesar de que sean públicos los transportes masivos, la geometría de los vagones condiciona la formación de estructuras humanas desvinculadas que intentan adaptarse a la geometría del transporte a partir de la probabilidad que confluyen en el espacio-tiempo. Es decir, existe una configuración caótica incesante para poder viajar en el transporte público. De ahí me surgen preguntas como ¿Cuáles son los factores determinantes para la conformación de bloques de personas que bloquean las entradas? ¿Será mera probabilidad o tendrá que ver alguna estructura mental proclive al bloqueo?

Supongo que para conocer las diversas formas de distribución se debería a un proceso estocástico, es decir, un proceso de variables aleatorias que evolucionan de acuerdo a otra variable, que lo lo general es el tiempo, aunque en este caso, podría ser las formas geométricas del transporte público.

En este sentido, propongo como hipótesis para la explicación de este fenómeno las siguientes premisas para someterse a prueba:

H1: Lo que genera el bloqueo público radica en el diseño de los vagones de transporte público. En este sentido, la reducción de espacio es intrínsecamente proporcional a la probabilidad de chocar con otra persona. El diseño genera una competencia imperfecta en la cual la probabilidad de encontrar un asiento es menor a la probabilidad de viajar de pie. El diseño en forma de cilindro o poliedro de los TPM provoca una percepción de espacio reducido y, en periodos de alta congestión, propicia en los usuarios que calculen que el tiempo de descender del vagón será menor si se posicionan en la entrada a diferencia de si se desplazan hacia los pasillos.

H2: Los espacios donde se genera congestión pública influye en la creación irreflexiva de bloques o nudos en grupos de personas que actúan su descontento con el incremento de un mayor numero de personas al sistema congestionado. Dado que el congesiontamiento público podría considerarse un sistema de conglomerados no deseado, los bloqueos funcionan para disipar la energía generada por la congestión colectiva en espacios cerrados que funcionan como sistemas de transporte colectivo.

H3: Variables psicologicas. Comportamiento en onda y decisión en lo particular.

Espacios de disipación


Al acceder al TPM en las grandes ciudades latinoamericanas, como la de México, no sabremos que probabilidad tendremos de ocupar un asiento en el metro, ni de ocupar un lugar de pie ya sea en el pasillo o en el acceso del metro. En este sentido, considero que existen 3 tipos de bloques o clusters estructurales de los TPM a los que los usuarios tenemos alguna probabilidad de conformar, y que he llamado Espacios de Disipación que pueden categorizar en los siguientes conceptos: a. Cuadros estáticos; b. Flujos vinculantes entre cubos y; c. Cubo de Bloqueo, y que describiré a continuación:

a. Cuadros Estáticos

Son los cuadros que se forman por los asientos. Son estáticos porque, al igual que las paredes del transporte, delimitan los espacios de movilidad dentro de la unidad. En cuanto a la comodidad, son los lugares privilegiados de los transportes y que por tanto, si consideramos una especie de juego de competencia cerrada, los asientos son una especie de trofeo en el que el ganador tiene el asiento y el perdedor se queda parado y a merced de la voracidad del flujo vinculante o de los cubos de bloqueo.

Dado que los ingenieros que desarrollaron los TPM buscaron la “optimización de espacios”, infiero que consideraron que menos cuadros estáticos servirían para generar mayores flujos de personas que aleatoriamente, se adaptarían a los amplios corredores, generando con ello mayor aprovechamiento del lugar. Sin embargo, es probable que sacrificar comodidad e igualdad por eficiencia y “optimización de espacios” podría tener mayor aceptación entre las masas acostumbradas a la división dentro de las clases sociales promovidas por la burocracia gobernante. En este sentido ¿operará la geometría de los TPM como una parte del aparato del poder del Estado para confrontar a la clase trabajadora? Quizás sea como con los salarios, diferenciados, escalares y con un relativismo negativo respecto al trabajo realizado, y con una ideología burguesa que culpa al trabajador-usuario y no al sistema de los problemas asociados a la falta de igualdad.

b. Flujo Vinculante entre cubos

Por otra parte, existe otro grupo de personas que anexas al cubo forman una o dos líneas de enlace entre los cubos y que viajan en los pasillos. Cuando conforman las líneas por voluntad propia o por alguna expulsión accidental del Cubo pareciera de igual manera que se generara un acuerdo no escrito ni hablado, pero sobreentendido en el cual existe una mayor posibilidad de conformar parte de este grupo -al que denomino flujo vinculante entre cubos (FVC)- que en cuestión de comodidad ocuparía el segundo lugar.

La función de estos corredores es la de distribuir a los usuarios en la competencia de espacios, y a diferencia de los cuadrados y los cubos la movilidad es mayor. Sin embargo, en ciertos momentos incongruentes, como por ejemplo las horas pico, la densidad de los usuarios no se acumula en estos flujos, sino que se detiene en los cubos. Digo incongruente, puesto que en términos de la teoría de elección racional acerca de la optimización de espacios en base a cálculos racionales para la obtención de utilidades – un viaje rápido con las mayores comodidades- un conglomerado de personas en un sistema disipativo cerrado que deben competir y no cooperar por espacios de comodidad, aunque eso no deterine la velocidad pero sí la oportunidad del viaje, deciden condensarse en cubos de bloqueoy no en flujos de distribución.

c. Cubo de Bloqueo


Los colores, nombres e instalaciones de los TPM cambia en cualquiera de los casos en cualquier país latinoamericano, pero lo que parece no cambiar es la conducta de los usuarios a bloquear las entradas, generalmente a las horas más transitadas. No importa si existe un pasillo en el cual otros usuarios viajan con mayores comodidades en comparación con los que conforman lo que denomino el cubo de bloqueo (CBQ) y que es el problema que originó este trabajo.

Muchos usuarios del TPM nos hemos enfrentado al reto de penetrar ese CBQ para poder viajar al destino que nos hemos propuesto. En ocasiones llega a ser frustrante el no poder llegar a una reunión importante por culpa del cubo de bloqueo, el cual parece en ocasiones inerme a cualquier manera de deformación. Pareciera como si existiera un contrato implícito entre los integrantes del Cubo para impedir que un nuevo integrante se sume en algún momento crítico, ya sea para ingresar o descender del TPM. Si lo vemos por comodidad, ocupa el último lugar dentro de cualquier transporte.

Cuando el cubo es confrontado, genera un sistema individual de reacción verbalizada contra el que confronta, ya sea el usuario que quiere entrar o salir. Las variables de resupuesta por lo general llaman a la incongruencia del inconforme, en donde se da por supuesto de que se debe tolerar el bloqueo dado que es algo intrínseco a viajar en TPM.

Pero la función del CQB tiene que ver con la disipación del flujo de personas a ingresar al vagón que se encuentra en un estado de congestión relativo. En este sentido, es la actuación de la inconformidad con un aumento en el flujo de personas, contra la necesidad de los nuevos integrantes a usar el transporte a pesar de que ello implique formar parte de la congestión.

Como se muestra en el gráfico 1, en el cual se aprecian los tres espacios de disipación anteriormente descritos del Metro de la ciudad de México, es posible ver parte de la problemática que a lo largo de este ensayo desarrollaré desde la estadística, la geometría, la sociología, psicología y la antropología urbana.